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[l’azzurro è dattiloscritto]


           13 / IV / 1935


Visitad el Cottolengo.


 Oh Argentinos, que poseéis el corazòn màs noble que yo haya ja màs encontrado,

venid a visitar los pobres del Cottolengo, donde hay laus perennis

por la prosperidad de vuestra familia y de la Repùblica: donde todo es simplicidad

de vida y buen sonreìr, sereno y reconocido: donde todos los sacrificios y todas

las palabras se confunden y se mudan en una sola : - Charitas!

 El Señor perdona tantas cosas, por una obra de misericordia!


A las benefactoras y a los benefactores.


 Suscite Dios en Buenos Aires y en toda la República Argentina

muchos corazones generosos, abiertos al bien, que vengan a coadyuvar en esta obra

de cristiano amor hacia los hermanos más miserables.

 Quieran todos rogar por nosotros, y recordar con benevolencia

a nuestros queridos pobres: ellos, nada olvidadizos y agradecidos,

rogarán siempre por los Bienhechores, y sus benediciones seguirán a estos y los

confortarán en todos los días de la existencia.

 A todos cuantos presten su concurso al Pequeño Cottolengo Argentino

conceda el Señor el ciento por uno en la presente vida, y eterna recompensa en el cielo!

 Custodia, Reina y Madre del Cottolengo Argentino es María Madre de Dios,

la Santa Señora de la Divina Providencia.

 Oh! mi santa Señora, he aquí que os he consagrado por Patrona y Madre, -

ahora os toca a Vos!


        Pbro. Luis Orione

        de los Hijos de la Divina Providencia.

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