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[Da copia dattiloscritta. Sul fogli Don Orione a penna ha segnato la pronuncia di alcune parole.]


(1)


Deo gratias!


Estimados oyentes: Accediendo a las instancias de la Liga de Cristo Rey, me acerco por primera vez a un microfono. Saludo a mi invisible auditorio, desparramado en toda la extension del noble y generoso pueblo argentino, deseàndole de todo corazòn la benediciòn de Dios y la alegria espiritual de la Pascua Florida.

He venido a la Argentina, para ponerme en manos de la Divina Providencia, como humilde instrumento para ayudar y consolar a los miembros màs doloridos y desamaparados de su sociedad,fundando un pequeno “cottolengo”, copia lejana del grande que fundò en Turin el abnegado amigo de todos los desseredados, el caritativo canonigo San Josè Benedicto Cottolengo,que diò su nombre a estas beneficas ciudadades, abiertas de par en par a toda miseria, a todo sufrimiento y a todo abandono material o moral.






























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(2)


Al que llama a la puerta de un “cottolengo” no se le pregunta quien es, ni como se llama, ni de donde viene, ni a que religion pertenece: basta que sea un verdadero desamparado, a quien no admite ningun otro asilo, ninguna otra instituciòn, ningun otro hospital, ningun otro refugio; y es recibido immediatamente, hasta donde llegue la capacidad del local disponible.

Todos los hombres son hijos de Dios y hermanos nuestros en Jesucristo; pero nosotros hemos hecho pacto especial de fraternidad con los hermanos màs abandonados y atribulados: con los ciegos, con los sordomudos, con los invalidos, con los viejos, achacosos, con los ninos escrofulosos, con los enfermos y enfermas cronicas, con las jovencitas que se ven amenazadas de tempestades morales,con todos los que necesitan un techo amigo y un corazon compasivo, para no sucumbir bajo el peso de su desgracia.

El “cottolengo” argentino, como todos los “cottolengos”, no cuenta con màs capital

































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(3) y mas rentas que su gran confianza en la Divina Providencia. La Divina Providencia es nuestro banquero,nuestro fiador y nuestra garantia. Y ciertamente que sabe proveer a los  que descansas en su generosidad. La prueba la tenemos patente,en el poco tiempo trans- currido,desde que se iniciò la obra en vuestra Patria. La Divina Providencia,tocando el   corazon magnanimo de algunas damas argentinas, ha regalado a nuestros obres desamparados 21 hectareas de magnifico terreno, en mas cercanias de la capital, y nos ha enviado los medios necesarios para levantar en ellos de nueva planta cuatro amplios pabelliones.

Este es el principio de la obra que levantarà la Providencia entre vosotros para tantos hermanos nuestros desamparados. Yo os pido que os convirtais en aliados y auxiliares de la Providencia de Dios. El sabe premiar copiosamente a sus colaboradores. El es, el que nos dice en su Evangelio que todos los favores que hagamos a sus hijos pequenos los recibe como hechos a El mismo.


































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(4) El ladrillo de la Puerta Santa de la Basilica Vaticana,que,con la benedicion del Excmo.Sr.Nuncio Apostolico,y en presencia del Primer Magistrado de la Republica Argentina, se colocarà, el domingo que viene,en Claypole, sera sin duda aquel granito de mostaza de que nos habla el Evangelio,aquella semilla menudisima que luego se desarrolla hasta formar un gran arbol, en que vinieron a posarse las aves del cielo.

Ojalà que nuestro “cottolengo” argentino llegue a ser un dia, en medio de esta gran urbe, el arbol de brazos anchos y amigos que convide a poner en ellos su nido, no a las aves errantes de la atmosfera, sino a esas otras aves espirituales vagabundas, sin calor de nido ni reparo de fronda,que son los pobres desamparados! Que asì sea,queridos ojentes argentinos, y que Dios nos colme a todos de sus benidiciones y gracias. Deo gratias! He dicho.