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[Lettera dattiloscritta su carta intestata della “Escuela de la Sagrada Famiglia” di Mar del Plata con correzioni di Don Orione]
En el nombre de Dios!
Nel nome di Dio!
Deo Gratias!
A Vos! Oh amorosa
Providencia de Dios
mi
Dios! Que regis el universo y
reggete l’universo e todo lo disponéis con perfección y para la
salvación de la humanidad,
y no permitís que nadie tropiece
caija de
cuantos se echan en vuestros brazos maternales.
A Vos, que elegís a
las cosas estultas del
mundo para confundir la sabiduría verbosa
incipiente de
todas las vanidades so muestra
capa de ciencia: que
elegís las cosas débiles,
para confundir las fuertes, y lo que no es, para confundir lo que es,
- para que nadie se envanezca, sino en vuestro nombre adorable.
A vos, excelsa Providencia
de mi Dios, que veláis sobre la flor del campo como sobre el trono
de los Reyes: sobre los pequeños y los pobres esparcidos en los
valles olvidados de la tierra como sobre las multitudes
turbas desprechadas
desilusionados, que
se agitan violentas
en las populosas ciudades.
A Vos, que, con amor
suavisimo
de predilección, amáis a los despojos de la sociedad: los
huerfanidos, los ancianos decrépitos, los infelices más
desamparados; los deficientes, los deformes, los ciegos, los
tullidos, , los sordomudos, los epílepticos, ,
los paralíticos y a cuantos, afligidos por dolores físicos o
morales, son rechazados y rehusados como desperdicios de la
hymanidad.
A Vos, - humildisímamente y de rodillas, - ofrezco y consagro, porlas manos de la Purísima Madre de Dios, “EL PEQUEÑO COTTOLENGO ARGENTINO!.
Esta pobre y última Obra de
Vuestra Providencia,! Oh Dios Mio! Ha nacido a los pies de
Jesús-Hostia, en los días del memorado
memovable Congreso
Eucarístico de Buenos Aires. –
Ella No es más que
una humilde flor de caridad, brotada bajo el esplendor de aquella Fe
grande, inmortal, benéfica, que ha conmovido a todo el mundo
cristiano y civilizado.
Su
Santidad
Pio XI, “el dulce Cristo en la tierra” se ha complacido en
bendecirla con amplísima dendición de Padre.
La han bendecido Su
dignísimo Representante en la República
Argentina, el Excelentísimo Nuncio Apóstólico, Mons. F.elipe
Cortesi:
el Excelentísimo Arzobispo de laCapital , Mons. S.antiago
L.Copello:
el Excelentísimo Monseñor
F.rancisco
Alberti, Arzobispo de La Plata, y otros Veneradísimos Pastores de
almas.
Las más altas Autoridades y el Clero y el pueblo la saludaron con alegría.
Por lo común las benediciones de Dios descienden sobre las Istituciones por las manos del Papa y los Obispos.
“EL COTTOLENGO ARGENTINO”
quiere quedarse
estar,
- hoy, manana siempre – humilde y pequeño a los pies de la Santa
Iglesia y de los Obispos, como un niñito
infante.
Esta modestísima hojita, -
que toma espríritu y nombre del
San
José
COTTOLENGO, el Padre y el Santo de los pobres más desamparados, -
sea un himno dulce de Fe y de confianza ilimitada en Vos,! Oh santa
Providencia del
mi Señor!
Sea cántico de suavísimo amor de Dios y del prójimo; palabra alta ,