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FINALIDAD DE LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES

Buenos Aires, 3 de agosto de 1935

"Pequeño Cottolengo Argentino"

Calle Carlos Pellegrini 1441

 

|p1 Mis amadísimos sacerdotes:

¡La gracia de Jesucristo y su paz sean siempre con nosotros, oh hermanos míos!

Espero que la presente os llegue antes de que entréis en los Ejercicios Espirituales, y ruego que se os lea desde el primer día, porque quisiera que fuese a ocupar el lugar de aquellas breves palabras y exhortaciones que en tales circunstancias acostumbraba dirigiros todos los años.

Os envío desde el fondo de mi corazón mi agradecimiento y os dirijo el más afectuoso y santo saludo in Domino: que el Señor esté con todos vosotros y en medio de vosotros.

|p2 No os puedo expresar cuánto desearía hallarme también yo con vosotros en la Moffa, precisamente donde la mayoría de vosotros y yo, en tiempos pasados, nos hemos encontrado tantas y tantas veces como ahora y nos hemos recogido en el Señor para pensar en nuestra alma y en su santificación, y en el bienestar de la Pequeña Obra de la Divina Providencia.

Dios en cambio, dispone que este año no me halle yo ahí y que todavía esté lejos, después de casi un año de mi partida. ¡Hágase la voluntad de Dios! estoy lejos en persona, seguramente; pero, - y vosotros en verdad no lo pondréis en duda - estoy presente y me siento cerca de vosotros y de nuestra querida Congregación, cerca y muy cerca de espíritu y de corazón. No os oculto que ello es un sacrificio, y que lo siento, pero sin sacrificio no seremos nunca verdaderos religiosos, no nos haremos santos, ni la Congregaciónn llegaría a complacer a Nuestro Señor y merecer las bendiciones de Dios.

Ofrezcámosle, pues, esto; este tan sensible sacrificio sobre el altar, a los pies de Aquel que por entero se ha sacrificado por nosotros y pidámosle la gracia de transformarlo todo en santo amor: toda pena, todo valor, todo sacrificio.

|p3 Desde el 15 del corriente mes en adelante, también haré yo los Ejercicios Espirituales, y me parecerá hacerlo en vuestra compañía, mis queridos Hermanos en Jesucristo. Veré la manera de separarme de esta grande y rumorosa ciudad, de separarme del mundo para recogerme en el silencio de la oración, en la meditación de las verdades eternas de la fe.

Buscaré con todo empeño reformar en bien mi pobre vida, y reavivar en mí la gracia y el espíritu de la vocación religiosa. Y así me ayude Dios y os ayude a vosotros, oh mis queridos.

El objeto de los Ejercicios es precisamente éste: el de conocernos a nosotros mismos y reforzar nuestra voluntad en servir a Dios y a la Santa Iglesia, - según la gracia especialísima de nuestra vocación religiosa - y en servir a Dios y a la Santa Iglesia con corazón generoso. Es necesario entrar en los Ejercicios de buena gana, contentos, alegres, felices por gracia tan singular; entrar en los Ejercicios con corazón magnánimo resueltos, oh Hijos míos, a vencer nuestras pasiones, a arrancar todos los malos hábitos, a purificarnos de tantas miserias; dispuestos a comenzar una vida nueva y colocar de este modo los fundamentos de la propia santificación: "Nova sint omnia et corda et voces et opera".

Con gran fervor, pues, debemos renovarnos todos, sacrificando a Dios nuestras cosas y nosotros mismos: para ésto no habrá de faltarnos jamás la gracia de Dios. Y Dios se unirá a nosotros, estará con nosotros y estará con nuestra Congregación.

|p4 ¡Ay, si los Ejercicios no se hacen de corazón!

¡Ay de quien hiciere los Ejercicios con ánimo perezoso, con espíritu soñoliento, tibio e indiferente! ¡Todo habría terminado para él!

¡Que Dios no lo permita!

¡Hijos míos oremos! No basta con estar recogidos, no basta con guardar silencio - y silencio absoluto, más y mejor que el año pasado - sino que es necesario poner la mayor atención a la palabra de Dios, aplicárnosla a nosotros, hacer bien las reflexiones, hacer bien las reflexiones; y luego orar, orar, orar a la Virgen Santísima.

Proceded despacio en el rezo del Oficio Divino; que las lecturas se hagan bien, ya sea las de las lecciones del Breviario, ya la lectura espiritual y la del refectorio.

Tenéis una casa demasiado expuesta (hablo de la nueva). Es demasiado expuesta, demasiado abierta, y temo que para alguno sea un peligro, un motivo de distracción durante los Ejercicios Espirituales. ¡Cuidado!

Confesémonos desde los primeros días, en modo que estos Ejercicios sean para mi y para vosotros en realidad la verdadera renovación espiritual nuestra y de la Congregación.

|p5 Que la Santísima Virgen, nuestra Madre y Celestial Fundadora, a la cual se halla consagrada particularmente esa Casa de la Moffa, ruegue a Jesús por nosotros: que nos asista, que nos dé ánimo, que nos obtenga un corazón compungido, nos encienda en el amor de Dios, al Papa, a la Iglesia, a la Congregación, a las almas y luego nos acoja en sus manos purísimas y nos haga tomar la forma que Dios y la Santa Iglesia quieren que tengamos.   

Espero que podré escribiros todavía durante nuestro retiro. Ahora veo que me falta tiempo y no podría enviar la presente por vía aérea para que llegue a tiempo.

Ruego por vosotros: rogad por mí, carísimos Hermanos míos, y que Jesús, el Papa, y la Santísima Virgen sean el centro de nuestros corazones y los vínculos sagrados de nuestra unidad y de nuestra querida Congregación. Os abrazo in osculo Christi y os bendigo mucho, a todos y a cada uno.

Rogad siempre por vuestro afectísimo,

                                  Sac. LUIS ORIONE d. D. P.