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EL PEQUEÑO COTTOLENGO ARGENTINO - QUE ES -
Buenos Aires, 13 de abril de 1935
- Calle Victoria - 2084
DEO GRATIAS
|p1 Confiada en la Divina Providencia y en el corazón magnánimo de los Argentinos y de toda persona de buena voluntad, se inicia en Buenos Aires, en el Nombre de Dios y con la bendición de la Iglesia, una humildísima Obra de Fe y de Caridad, que tiene por objeto dar asilo, pan y consuelo a los desamparados que no hayan podido encontrar ayuda o refugio en otras Instituciones de beneficencia.
Trae su vida y su espíritu de la caridad de Cristo, y su nommbre, de San José Benito Cottolengo que fué Apóstol, y Padre de los pobres más desdichados.
En la Puerta del Pequeño Cottolengo Argentino, no se preguntará a quien entre, si tiene un nombre, sino solamente si tiene un dolor.
"CHARITAS CHRISTI URGET NOS" (II Cor., IV)
¡Cuántas bendiciones obtendrán de Dios y de nuestros queridos pobres aquellos generosos que nos prestan ayuda para aliviar tantas miserias, y suavizar los dolores de aquellos que son el desecho de la sociedad!
COMO ES EL PEQUEÑO COTTOLENGO ARGENTINO
|p2 Al presente, él es como un pequeño granito de mostaza, al cual bastará la bendición del Señor para convertirse un día en un gran árbol, sobre cuyas ramas se posarán tranquilamente los pajarillos. (Mat. 13)
Los pajarillos son en este caso, los pobres más abandonados, nuestros hermanos y señores.
EL OJO DE LA DIVINA PROVIDENCIA
|p3 Dios ama a todas sus criaturas pero su Providencia no puede menos de sentir predilección por los míseros, los afligidos, los huérfanos, los enfermos, los atribulados en cualquier forma, después que Jesucristo los elevó al honor de hermanos suyos; después que se mostró su modelo y Cabeza, sometiéndose El también a la pobreza, al abandono, al dolor y hasta el martirio de la Cruz.
De donde se infiere que los ojos de la Divina Providencia están, de manera especial, atentos para con las criaturas más desventuradas y abandonadas.
¿A QUIEN SE RECIBE EN EL PEQUEÑO COTTOLENGO ARGENTINO?
|p4 El Pequeño Cottolengo tendrá siempre la puerta abierta a toda especie de miseria material o moral. A los desengañados, a los afligidos proporcionará consuelo y luz de fe.
Separados luego en familias diferentes acogerá como a hermanos, a los ciegos, a los sordomudos, a los deficientes, a los idiotas, a los estropeados, epilépticos, ancianos achacosos o inhábiles para el trabajo, niños escrofulosos, enfermos crónicos, pequeñitos y pequeñitas de pocos años en adelante; muchachas en edad de peligros: en suma, a todos aquellos que por uno u otro motivo, tengan necesidad de asistencia, de ayuda pero que no pueden ser recibidos en otros Hospitales o Asilos y que sean verdaderamente abandonados - sean de cualquier nacionalidad, de cualquier religión, sean también sin religión alguna - ¡Dios es Padre de todos!
Es comprensible que todo esto se hará gradualmente, conforme se vaya edificando y haya lugar, confiando en Dios y en la ayuda de los corazones piadosos, desconfiando únicamente de nosotros mismos
En el Cottolengo nunca deberá quedar un ugar vacío.
Nuestra debilidad no nos desanima: la consideramos como un trofeo de la bondad y de la gloria de Jesucristo.
COMO SE RIGE Y GOBIERNA EL PEQUEÑO COTOLENGO ARGENTINO
|p5 Nada ama tanto el Señor como la confianza en El.
Y nosotros quisiéramos poseer una fe, un coraje, una confianza tan grande como grande es el Corazón de Jesús, que es su fundamento.
El Pequeño Cottolengo Argentino se rige in Domino por la fe; vive in Domino, de la Divina Providencia y de vuestra generosidad; se gobierna in Domino, o sea, con la caridad de Cristo. Todo y enteramente por amor, hasta el sacrificio de nuestra vida, con el auxilio divino.
¡Y nada de empleados! Nada de fórmulas burocráticas, que con frecuencia angustian si no es que hacen humillante el bien; nada que se parezca a una administración; nada de eso.
Todo depende de la Divina Providencia; quien lo hace todo es la Divina Providencia y la caridad de los corazones misericordiosos, movidos por el deseo de hacer el bien, tal y como el Evangelio nos lo enseña a los que más lo necesitan.
¿TIENE REDITOS EL PEQUEÑO COTTOLENGO ARGENTINO?
|p6 Tal vez supongan que contamos con fondos y réditos. No, amigos míos; de todo eso tenemos menos que nada.
El Pequeño Cottolengo no tiene rentas, y no podrá jamás tener rentas de ninguna clase. Va adelante día a día: "Panem nostrum quotidianum", "el pan nuestro de cada día".
Aquel Dios que es el gran Padre de todos, que piensa en los pájaros del aire y viste a los lirios del campo, envía por manos benéficas, el pan diario o sea cuanto es necesario día a día.
Nuestro Banco es la Divina Providencia, y nuestra caja está en vuestros bolsillos y en vuestro corazón.
COMO SE VIVE EN EL COTTOLENGO ARGENTINO
|p7 El Cottolengo está edificado sobre la fe, y vive del fruto de una caridad inextinguible.
En el Cottolengo se vive alegremente: se reza, se trabaja en la medida que las fuerzas de cada uno lo consientan; se ama a Dios, se ama y se sirve a los Pobres. En los desamparados se ve y se sirve a Cristo, en santa y perfecta alegría. ¿Quién más feliz que nosotros?
Y también nuestros queridos pobres viven contentos: ellos no son nuestros huéspedes, no son asilados, sino los señores, y nosotros sus sirvientes. ¡Así se sirve al Señor!
¡Cuán bella es la vida en el Cottolengo! ¡Es una sinfonía de oraciones por los Bienechores, de trabajo, de alegría, de cánticos y de caridad!
DE QUE MANERA SE PUEDE AYUDAR AL PEQUEÑO COTTOLENGO ARGENTINO
|p8 De muchos modos: con la oración, con dinero y haciéndolo conocer a personas de corazón benéfico, que puedan cooperar en bien tan grande.
Además, todo aquello que tengáis y que para vosotros ya no sea útil, enviadlo al Cottolengo. Por ejemplo: ¿tenéis un par de zapatos que ya no usáis? Pues bien, mandadlos al Cottolengo. ¿Tenéis sábanas, camisas gastadas, ropa blanca, trajes muy usados, sombreros viejos? Bien, mandadlos al Cottolengo, o avisad telefónicamente adonde y cuando podemos ir por ellos. Nuestros teléfonos son: 41-1691 - 61-2654.
Todo es grande cuando es grande el corazón que lo da. Como en el Cottolengo los así llamados los desechos de la sociedad, del mismo modo recibimos los residuos de vuestra casa: muebles usados, o rotos, mesas, sillas, camas, libros, cuadros, estropajos, objetos de ropavejero, etc. Y también pan, carne, fideos, harina, legumbres, aceite, café, azúcar, medicinas, carbón, leña, petróleo, etc. Todo sirve para los pobres del Pequeño Cottolengo Argentino.
En el Cottolengo somos todos más pobres que vosotros, comenzando por los Padres, los cuales recibirán y vestirán con sentimientos de mucha gratitud los hábitos eclesiásticos desusados que el reverendo clero tuviese a bien ofrecerles en caridad.
|p9 Al muy Rvdo. Clero Argentino, el Pequeño Cottolengo eleva y ofrece su reverente saludo in Domino, anticipando su vivísimo agradecimiento por el benévolo apoyo que se dignare ofrecerle, dando a conocer esta Institución, la cual ha sido ampliamente bendecida por el Excelentísimo Sr. Nuncio y por los Sres. Arzobispos de Buenos Aires y de La Plata.
Quien deseare contribuir con la fundación de camas, un aula, un dormitorio, o un pabellón a nombre de personas amadas esto puede hacerse en el Cottolengo y se transmutará en bendiciones el acto magnífico del insigne Bienechor o Bienechora, y de su familia.
VISITAD AL COTTOLENGO
|p10 ¡Oh Argentinos que tenéis el corazón más noble que haya encontrado jamás: venid a visitar a los pobres del Cottolengo, donde se practica la laus perennis (una oración continua) por la paz y la prosperidad de vuestras familias y de la República; donde todo es sencillez de vida y buena sonrisa, serena y reconocida; donde todos los sacrificios y todas las palabras se confunden y se combinan en una sola: ¡CARIDAD!
¡Dios perdona tantas cosas por una obra de misericordia!
A LAS BIENECHORAS Y BIENECHORES
|p11 Suscite Dios en Buenos Aires y en toda la República Argentina, muchos corazones generosos, abiertos al bien, que vengan a coadyuvar en esta Obra de cristiano amor a los hermanos más míseros.
Dígnense todos rogar por nosotros, y recordar con benevolencia a nuestros queridos pobres: ellos, nada olvidadizos, rogarán siempre por sus Bienechores, y sus bendiciones les seguirán y consolarán durante todos los días de su vida.
A cuantos se afanan en favor del Pequeño Cottolengo Argentino, les conceda Dios el ciento por uno en esta vida y eterna recompensa en el Cielo!
Custodia, Reina y Madre del "Pequeño Cottolengo Argentino", es MARIA, Madre de Dios, la Virgen Santísima de la Divina Providencia.
¡Oh, mi santa Virgen, he aquí que Os he constituido en PATRONA Y MADRE! ¡Ahora Os toca a Vos!
Sacerdote LUIS ORIONE
de los Hijos de la Divina Providencia